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VENERABLE SABAS, ILUMINADOR Y PRIMER ARZOBISPO DE SERBIA

conmemorado el 14 de enero. 


San Sabas (gr. Sávvas), Iluminador, y primer Arzobispo de Serbia, nombrado en el mundo Rostislav (que quiere decir “acrecentar la gloria”), era hijo del rey serbio Štěpán Nemanya y Anna, hija del emperador bizantino Romano. Desde temprana edad asistió devotamente a los servicios religiosos y guardaba un especial amor por los iconos.

A los diecisiete años, Rostislav conoció a un monje del Monte Athos, abandonó en secreto la casa paterna y partió hacia el Monasterio de San Panteleímon. (Por la divina Providencia en 1169, año del nacimiento del Santo, el antiguo Monasterio del Santo Gran Mártir y Sanador Panteleímon fue entregado a los monjes rusos).


Sabiendo que su hijo estaba en Athos, su padre movilizó a sus sirvientes encabezados por un leal vaivoda (voevod, “príncipe”, “soberano”) y escribió al gobernador del distrito que incluía la región del Monte Athos, diciéndole que, si no le devolvían a su hijo, iría a la guerra contra los griegos. Cuando llegaron al Monasterio, se ordenó al vaivoda que no apartara los ojos de Rostislav. Durante los servicios vespertinos, cuando los soldados se habían quedado dormidos bajo la influencia del vino, Rostislav recibió la tonsura monástica (en 1186) y envió a sus padres su ropa mundana, su cabello y una carta. San Sabas buscó persuadir a sus poderosos padres para que aceptaran el monasticismo. El padre del monje (tonsurado Simeón, conmemorado el 13 de febrero) y su hijo vivieron la ascesis en el Monasterio de Vatopedi. En Athos fundaron el Monasterio serbio de Hilandar, que recibió su nombre por concesión imperial. En el Monasterio de Hilandar, san Sabas fue ordenado diácono y luego presbítero. Su madre Anna se hizo monja con el nombre de Anastasia (21 de junio).


Por su vida santa y sus obras virtuosas en el Monte Athos, el monje fue nombrado Archimandrita en Tesalónica. En Nicea, en el año 1219, en la Fiesta de la Dormición de la Santísima Madre de Dios, el Patriarca Ecuménico Germano consagró al Archimandrita Sabas como Arzobispo de Serbia. El Santo solicitó al emperador bizantino que concediera permiso a los obispos serbios para elegir en el futuro a su propio Arzobispo. Ésta fue una consideración muy importante en una época de recurrentes guerras entre las potencias orientales y occidentales.


A su retorno de Nicea a la Montaña Sagrada, el Santo visitó por última vez todos los Monasterios. Se postró en todas las iglesias y, recordando las vidas bienaventuradas de los Padres del desierto, se despidió de los ascetas con profundo remordimiento, “abandonando la Montaña Sagrada, como si saliera del Paraíso”.


Entristecido por su separación de la Montaña Sagrada, el Santo recorrió el camino desde Athos sin apenas moverse. La Santísima Theotokos habló al Santo en un sueño: “Teniendo Mi Protección, ¿por qué sigues triste?”. Éstas palabras lo sacaron de su abatimiento, transformando su tristeza en regocijo. En conmemoración de ésta aparición, el Santo encargó grandes iconos del Salvador y de la Madre de Dios en Tesalónica y los colocó en una iglesia.


En Serbia, la actividad del Jerarca en la organización de la obra de su Iglesia natal estuvo acompañada de numerosos signos y milagros. Durante la Liturgia y la vigilia nocturna, cuando el Santo incensó la tumba de su padre, el monje Simeón, las santas reliquias exudaban fragante mirra.


Al encargarse de las negociaciones con el rey húngaro Vladislav, que había declarado la guerra a Serbia, el Santo Obispo no sólo logró la deseada paz para su país, sino que también llevó al monarca húngaro a la ortodoxia. De éste modo facilitó el inicio de la existencia histórica de la Iglesia autónoma serbia. San Sabas también contribuyó al fortalecimiento del Estado serbio. Para asegurar la independencia del estado serbio, el Arzobispo Sabas coronó como rey a su poderoso hermano Štěpán. Tras la muerte de Štěpán, su hijo mayor, Radislav, fue coronado rey y san Sabas partió hacia Tierra Santa “para adorar ante la santa tumba de Cristo y el temible Gólgota”.


A su retorno a su tierra natal, el Santo bendijo y coronó a Vladislav como rey. Para fortalecer aún más el trono serbio, lo comprometió con la hija del príncipe búlgaro Asan. El Santo jerarca visitó iglesias en toda Serbia, reformó las reglas monásticas siguiendo el modelo de Athos y Palestina, y estableció y consagró numerosas iglesias, fortaleciendo a los ortodoxos en su fe. Habiendo terminado su labor en su tierra natal, el Santo nombró como su sucesor al Hieromonje Arsenio, consagrándolo obispo y dando su bendición a todos.


Luego emprendió un viaje sin retorno, deseando “terminar sus días como un vagabundo en tierra extranjera”. Pasó por Palestina, Siria y Persia, Babilonia, Egipto y Anatolia, visitando los lugares santos, conversando con grandes ascetas y recogiendo las reliquias de los Santos. El Santo culminó sus andanzas en Trnovo, Bulgaria, en casa de su pariente Asan, donde con gozo espiritual entregó su alma al Señor (+ 1237).


En el momento del traslado de las reliquias sagradas de san Sabas a Serbia en el año 1237, se produjeron tantas curaciones que los búlgaros comenzaron a quejarse de Asan, “porque había renunciado a tal tesoro”. En el propio país del Santo, sus venerables reliquias fueron colocadas en la Iglesia de Mileshevo, otorgando curación a todos quienes se acercaban con fe. Los habitantes de Trnovo continuaron recibiendo curación de los restos del ataúd del Venerable Sabas, que Asan ordenó reunir y colocar en un sarcófago recién construido.


El legado de san Sabas pervive en las tradiciones de la Iglesia Ortodoxa de las naciones eslavas. Se lo asocia con la introducción del Typikon de Jerusalén como base de las reglas monásticas eslavas. El Monasterio serbio de Hilandar en el Monte Athos perdura hasta el día de hoy junto al Typikon de san Sabas. Las ediciones de El Timón (una colección de cánones eclesiásticos) de san Sabas, con comentarios de Alexis Aristines, son las más difundidas en la iglesia rusa. En 1270, Bulgaria envió la primera copia de El Timón de san Sabas al metropolitano Kyrill de Kiev. De éste se copió uno de los timones rusos más antiguos, el Timón de Riazán de 1284. Éste, a su vez, fue la fuente de un Timón impreso publicado en 1653, y desde entonces se ha reimpreso con frecuencia por la iglesia rusa. Tal fue el legado de san Sabas al tesoro canónico de la ortodoxia.



REFERENCIAS

Orthodox Church in America. (2024). Saint Savva I, First Archbishop of Serbia. New York, Estados Unidos: OCA.

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