conmemorado el 11 de enero.
El Venerable Teodosio el Cenobiarca vivió durante los siglos V-VI y fue el fundador del monasticismo cenobítico. Nació en Capadocia de padres piadosos. Dotado de una espléndida voz, se dedicó devotamente a la lectura y el canto de la iglesia. San Teodosio oraba ávidamente para que el Señor lo condujera por el camino de la salvación. En su juventud visitó la Tierra Santa y se encontró con san Simeón el Estilita (1 de septiembre), quien lo bendijo y lo auguró un futuro servicio pastoral.
Anhelando la vida solitaria, san Teodosio se instaló en Palestina en una cueva inhabitada, en la que, según la Tradición, habían pasado la noche los tres Magos que acudieron a adorar al Salvador después de Su Natividad. Allí moró por treinta años en gran abstinencia e incesante oración. La gente acudía en masa al asceta, deseando vivir bajo su guía. Cuando la cueva ya no pudo alojar a todos los monjes, san Teodosio oró para que el Señor mismo indicara un sitio para ellos. Tomando un incensario con carbón sin encender e incienso, el monje comenzó a caminar hacia el desierto.
En cierto lugar, el carbón se encendió solo y el humo del incienso comenzó a elevarse. Aquí el monje estableció el primer monasterio cenobítico, o Lavra (que significa “amplio” o “poblado”). Pronto la Lavra de san Teodosio se hizo célebre, y en ella se reunían hasta 700 monjes. Según el testamento final de san Teodosio, el Monasterio había de prestar servicio al prójimo, asistiendo a los menesterosos y dando cobijo a los vagabundos.
San Teodosio era enormemente compasivo. Una vez, cuando una hambruna azotó Palestina, una multitud se congregó en el monasterio, el monje dio órdenes para permitir que todos entraran al recinto del monasterio. Sus discípulos estaban molestos, sabiendo que el monasterio carecía los medios para alimentar a todos los convidados. Pero cuando entraron en la panadería, vieron que, por las oraciones del abad, estaba llena de pan. Éste milagro se repetía cada vez que san Teodosio quería ayudar a los desvalidos.
En el monasterio, san Teodosio construyó un hogar para dar asilo a los extraños, enfermerías separadas para monjes y laicos, y también un refugio para los moribundos. Al ver que personas de distintos países se reunían en el Monasterio, dispuso servicios en varios idiomas: griego, georgiano y armenio. Todos se reunían para recibir los Santos Misterios en la gran iglesia, donde los servicios divinos se cantaron en griego.
Durante el reinado del emperador bizantino Anastasio (491-518) asomó la herejía de Eutiquio y Severo, que no reconocían ni los sacramentos ni el clero. El emperador aceptó la falsa enseñanza y los ortodoxos comenzaron a sufrir persecución. San Teodosio se mantuvo firme en defensa de la ortodoxia y escribió una carta al emperador en nombre de los monjes, en la que lo denunciaban y refutaban la herejía con base en las enseñanzas de los Concilios Ecuménicos. Afirmó, además, que los habitantes del desierto y los monjes apoyarían firmemente la enseñanza ortodoxa. El emperador mostró moderación por un breve tiempo, mas luego prosiguió su persecución de los ortodoxos. El Santo Anciano mostró entonces un gran celo por la verdad. Partiendo del Monasterio, arribó a Jerusalén, ingresó a la iglesia y se situó en el lugar alto y gritó para que todos lo escucharan: “¡Quien no honre los cuatro Concilios Ecuménicos, sea anatema!” Por tal valeroso acto, el monje fue aprisionado, pero regresó poco después del fallecimiento del emperador.
San Teodosio realizó incontables curaciones y milagros durante su vida, socorriendo a los necesitados. A través de sus oraciones una vez venció a las langostas que asolaban los campos en Palestina. También por su intercesión, los soldados se salvaron de la muerte, e igualmente salvó a los que perecían en los naufragios y a los que se extraviaban en el desierto.
Una vez, el Santo mandó golpear el semantron (conocido también como toaca: un instrumento construido en madera que es percutido con un mazo), para que los hermanos se reunieran en oración. Él les dijo: “La ira de Dios se acerca al oriente”. Después de varios días se supo que un fuerte terremoto había destruido la ciudad de Antioquía a la misma hora en que el Santo había convocado a los hermanos a la oración.
Antes de su muerte, san Teodosio convocó a tres amados obispos y les reveló que pronto partiría hacia el Señor. Después de tres días, murió a la edad de 105 años. El cuerpo del Santo fue enterrado con reverencia en la cueva en la que vivió al comienzo de su labor ascética.
REFERENCIAS
Orthodox Church in America. (2023). Venerable Theodosius the Great, the Cenobiarch. New York, Estados Unidos: OCA.
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