conmemorada el 24 de enero.
La Venerable Xenia de San Petersburgo vivió durante el siglo XVIII, pero poco se sabe de su vida o de su familia. Pasó gran parte de su vida en tal ciudad durante los reinados de las emperatrices Isabel y Catalina II.
Xenia Grigorievna Petrova era la esposa de un oficial del ejército, el mayor Andrej Petrov. Después de la boda, la pareja vivió en San Petersburgo. Santa Xenia quedó viuda a la edad de veintiséis años cuando su marido murió repentinamente en una celebración. Lloró la pérdida de su marido, y especialmente porque murió sin confesión ni comunión.
Una vez perdida su felicidad terrenal, no volvió a buscarla. A partir de ese momento, Xenia perdió el interés por las cosas de éste mundo y siguió el difícil camino de la insensatez por amor de Cristo. La base de ésta extraña forma de vida se encuentra en la primera Epístola a los Corintios (1 Co 1:18-24, 1 Co 2:14, 1 Co 3:18-19). El Señor la fortaleció y la ayudó a soportar pacientemente el dolor y la desgracia durante los siguientes cuarenta y cinco años.
Empezó a vestirse con la ropa de su marido e insistió en que la llamaran “Andrej Fiódorovich”. Le dijo a la gente que era ella, y no su marido, quien había muerto. En cierto sentido, ésto era perfectamente cierto. Abandonó su antigua forma de vida y experimentó un renacimiento espiritual. Cuando donó su casa y sus posesiones a los pobres, sus familiares se quejaron ante las autoridades. Después de hablar con Xenia, los funcionarios se convencieron de que ella estaba en su sano juicio y tenía derecho a disponer de su propiedad como mejor le pareciera. Pronto no le quedó nada para ella, así que deambuló por la zona pobre de San Petersburgo sin un lugar dónde recostar su cabeza. Rechazó toda ayuda de sus familiares, feliz de estar libre de apegos mundanos.
Cuando el uniforme rojo y verde de su difunto marido se gastó, ella se vistió con harapos de idénticos colores. Pasado un tiempo, Xenia abandonó San Petersburgo por ocho años. Se cree que visitó a Santos Ancianos y Ascetas de toda Rusia en busca de instrucción en la vida espiritual. Es posible que haya visitado a San Teodoro de Sanaxar (19 de febrero), quien también había sido militar. Su vida cambió drásticamente cuando un joven oficial murió en una celebración por causa de la bebida. Quizás éste oficial fuera el marido de Santa Xenia. En cualquier caso, ella conocía a san Teodoro y se benefició de su instrucción.
Santa Xenia finalmente regresó a la zona pobre de San Petersburgo, donde se mofaron de ella e insultaron por su extraño proceder. Cuando aceptaba dinero de la gente, eran sólo pequeñas cantidades, que utilizaba para ayudar a los pobres. Pasaba las noches orando sin dormir en un campo en las afueras de la ciudad. La oración la fortaleció y en el coloquio de su corazón con el Señor encontró el auxilio que necesitaba en su difícil camino.
Cuando se estaba construyendo una nueva iglesia en el cementerio de Smolensk, Santa Xenia trajo ladrillos al lugar. Lo hizo en secreto, durante la noche, para que nadie se enterara.
Pronto comenzaron a notarse sus grandes virtudes y dones espirituales. Ella profetizó acontecimientos futuros que afectarían a los ciudadanos de San Petersburgo e incluso a la familia real. Contra su voluntad, se hizo conocida como alguien agradable a Dios y casi todos la amaban. Decían: “Xenia no pertenece a este mundo, ella pertenece a Dios”. La gente consideraba sus visitas a sus hogares o tiendas como una gran bendición. Santa Xenia amaba a los niños y las madres se regocijaban cuando la viuda sin hijos se ponía de pie y oraba junto a la cuna de un bebé o besaba a un niño. Creían que el beso de la bienaventurada traería buena suerte al infante.
Santa Xenia vivió cuarenta y cinco años después de la muerte de su marido y partió hacia el Señor a la edad de setenta y un años. Se desconocen la fecha precisa y las circunstancias de su fallecimiento, pero probablemente ocurrió a finales del siglo XVIII. Fue enterrada en el cementerio de Smolensk.
En la década de 1820, la gente acudía en masa a su tumba para orar por su alma y pedirle que intercediera ante Dios por ellos. Tantos visitantes sacaron tierra de su tumba que hubo que reemplazarla cada año. Posteriormente se construyó una capilla sobre su tumba.
Aquellos que acuden a Santa Xenia en oración reciben la curación de sus enfermedades, así como la liberación de sus aflicciones. Igualmente es conocida por ayudar a las personas que buscan empleo.
REFERENCIAS
Orthodox Church in America. (2024). Blessed Xenia of St. Petersburg. New York, Estados Unidos: OCA.
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