SAN PITIRIM, OBISPO Y TAUMATURGO DE TAMBOV
- monasteriodelasant6
- 28 jul
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conmemorado el 28 de julio.

San Pitirim (ru. Питирим), Obispo de Tambov (ru. Епископ Тамбовский), en el mundo Procopio (ru. Прокопий), nació el 27 de febrero de 1645 (o 1644) en la ciudad de Viazma (ru. Вязьма). Desde su juventud, el Señor preparó a Procopio para un elevado servicio espiritual. Siendo aún niño, aprendió a leer y escribir, asistía a los servicios religiosos y adquirió el hábito de la oración. Procopio gustaba de leer los escritos de los Santos Padres y las Vidas de los Santos. Ésto impulsó el crecimiento espiritual del futuro Jerarca. El joven se destacó por su gran amor al trabajo, amplio saber y madurez de criterio. Dotado de talento artístico, se dedicó con éxito a la inscripción de iconos y al canto religioso.
Una sublime disposición espiritual condujo a Procopio por el camino de la vida monástica. Decidido a dedicarse por completo a Dios, ingresó en el Monasterio de San Juan Bautista de Viazma, conocido por su rigurosa regla. A los veintiún años, fue tonsurado con el nombre de Pitirim. El joven monje se ganó el respeto de sus hermanos por su vida ascética y fue elegido Higúmeno. En el año 1684 fue elevado a la dignidad de Archimandrita.
Siguiendo el decreto del zar y el patriarca, san Pitirim se dedicó a retirar de las iglesias y del uso privado los iconos occidentalizados y mal ejecutados. Durante una procesión, confiscó un icono pintado por un iconógrafo inexperto. Quienes habían presentado el icono protestaron y profirieron improperios, y mucha gente se alzó contra el Santo. El asunto llegó a conocimiento del Patriarca Joaquín, quien elogió la valentía y el celo del Archimandrita Pitirim, aprobó su obrar y lo convocó a Moscú para un servicio superior a la Iglesia.
El 1° de septiembre del año 1684, san Pitirim fue nombrado Obispo, y el 15 de febrero de 1685, el Patriarca Joaquín lo consagró Obispo de Tambov. San Pitirim no partió de inmediato, sino que permaneció en Moscú por un año para prepararse para sus nuevas responsabilidades.
Organizada en 1682, la diócesis de Tambov padecía la pobreza y el analfabetismo de sus pobladores. La mayoría de los colonos eran paganos: mordovianos, cheremysi y mereschi. En el territorio de la diócesis vivían también numerosos tártaros musulmanes, acérrimos opositores del cristianismo. Entre los colonos cristianos de la diócesis se encontraban numerosos cismáticos, prófugos de la justicia o criminales desterrados.
San Pitirim se dedicó con celo a las tareas que se le encomendaron. En el solar de la antigua iglesia de madera de Tambov, hizo erigir una catedral de piedra de dos pisos en honor a la Transfiguración del Señor, con una capilla dedicada a san Nicolás. San Pitirim no solo supervisó la construcción del templo, sino que incluso participó personalmente en las obras. El Santo dedicó un gran esfuerzo a la iluminación espiritual de su rebaño. Construyó una escuela especial para el clero, donde bajo su dirección se formaban dignos pastores de la Iglesia. En su hogar, el Santo había reunido una biblioteca de literatura espiritual (en el inventario de la Catedral de la Dormición de Moscú se mencionan “dos libros de Dionisio el Areopagita, encuadernados en cuero, uno rojo, el otro negro, con bordes dorados”, pertenecientes a san Pitirim). El Santo instruía incansablemente a su rebaño, predicando la Palabra de Dios. Viajaba a menudo al través de la diócesis para familiarizarse con las necesidades de las comunidades.
El Santo Archipastor se preocupó constantemente por el retorno de cismáticos y disidentes a la Iglesia Ortodoxa. Su profunda piedad, su activa compasión hacia el prójimo y su sabia paciencia en las conversaciones con los cismáticos y disidentes los dispuso a confiar en su palabra. Con el admirable ejemplo de su vida santa y la fuerza de su discurso pleno de gracia, el Santo condujo a muchos a la verdadera fe. Su hermana, Catalina, se convirtió en la primera Abadesa del Monasterio femenino de la Ascensión, fundado por él mismo en el año 1690.
Siendo un audaz hombre de oración e intercesión ante Dios, san Pitirim jamás perdió su humildad cristiana. Sin descansar en sus propias fuerzas, el Jerarca guardó la ciudad de Tambov, la cual Dios lo había confiado, disponiendo los iconos de Kazán de Cristo, nuestro Dios y Salvador y de Su Santísima Madre, sobre las dos puertas principales.
San Pitirim oraba mucho e instruía a su rebaño sobre la oración. Asistía a los servicios divinos todos los días y a menudo los servía él mismo. En los días que el Santo no oficiaba, cantaba en el coro, enseñando al coro el canto y la lectura con corrección. En su celda, el Santo oraba con frecuencia ante los iconos de la Madre de Dios de Devpeteruv (29 de febrero) y de san Nicolás.
San Pitirim amaba la belleza de la naturaleza de su tierra, lo que despertaba en él un sentimiento de oración y acción de gracias a la Santísima Trinidad por el mundo visible. En el bosque, cerca del lugar donde oraba en solitario, erigió el Monasterio de San Juan Bautista en Tregulaev. Lo fundó junto con su amigo espiritual, san Metrófanes de Vorónezh (23 de noviembre y 7 de agosto). Allí, el Santo erigió una gran cruz de madera con la imagen del Salvador.
Al igual que los grandes ascetas, san Pitirim dedicó largas horas a la labor física. Los pozos que excavó con sus propias manos en el Monasterio Tregulaev de San Juan Bautista, cerca de la Catedral de Tambov, y en la espesura del bosque donde se retiraba para el silencio y la oración, son prueba de ello.
San Pitirim durmió en el Señor en el año 1698 a la edad de cincuenta y tres años. Su cuerpo fue enterrado en la planta baja de la Catedral de la Transfiguración de Tambov, en el muro sur de la capilla lateral derecha dedicada a san Nicolás.
La dormición de san Pitirim no disolvió sus vínculos espirituales con su rebaño. La gente acudía a su tumba para implorar su intercesión y pronto obtuvo la sanación de Dios. Año tras año, el número de peregrinos aumentaba. El día 28 del mes de julio, aniversario de su eterno descanso, asistían a los servicios religiosos en la catedral de Tambov. Cada nueva señal de la misericordia divina, obtenida a través de las oraciones a san Pitirim, inspiraba en el pueblo la confianza de que el Obispo que veneraban era verdaderamente un hombre de Dios. A partir de 1819, se comenzó a asentar un recuento de milagros y testimonios personales, y la veneración de san Pitirim se extendió mucho más allá de la diócesis de Tambov. El día 28 del mes de julio de 1914, san Pitirim, Obispo y Taumaturgo de Tambov, fue glorificado como Santo de la Iglesia de Cristo.
REFERENCIAS
Orthodox Church in America. (2025). Saint Pitirim, Bishop of Tambov. New York, Estados Unidos: OCA.
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