conmemorado el 2 de enero.
San Silvestre, Obispo de Roma (314-335) nació en Roma de padres cristianos llamados Rufino y Justa. Su padre falleció tempranamente y el Santo quedó al cuidado de su madre. El enseñante de Silvestre, el presbítero Quirino, lo otorgó una excelente educación y lo crio como un verdadero cristiano.
En su adultez, Silvestre cumplió el mandamiento del Señor de amar al prójimo. A menudo daba la bienvenida a extraños y viajantes, sirviéndoles como un esclavo en su propia casa. Durante una persecución contra los cristianos, Silvestre no dudó en acoger al Santo Confesor Timoteo, obispo de Antioquía, quien viviría con él durante más de un año y que convirtió a muchos a Cristo con su predicación.
El obispo Timoteo fue aprehendido y ejecutado por orden del prefecto Tarquinio. Silvestre tomó secretamente el cuerpo del Santo y lo enterró. Ésto llamó la atención de Tarquinio, y el Santo fue aprehendido y enjuiciado. Tarquinio exigió que renunciara a Cristo, amenazándolo con tortura y muerte. San Silvestre, sin embargo, no se dejó intimidar, se mantuvo firme en su confesión de fe y luego fue aprisionado. Cuando Tarquinio murió repentinamente después del juicio, el Santo fue puesto en libertad y sin temor evangelizó a los paganos, convirtiendo a muchos al cristianismo.
A los treinta años de edad, san Silvestre fue ordenado diácono y luego presbítero por el obispo Marcelino (296-304). Tras la muerte del obispo Miliciades (o Melquíades, 311-314), san Silvestre fue elegido obispo de Roma. Animó a su rebaño a vivir de manera recta e insistió en que los sacerdotes cumplieran estrictamente con su deber y no se involucraran en negocios seculares.
San Silvestre se hizo célebre como conocedor de la Sagrada Escritura y firme defensor de la fe cristiana. Durante el reinado del emperador San Constantino el Grande, cuando el período de persecución para la Iglesia había cesado, los judíos organizaron un debate público para determinar qué fe era la verdadera. Estuvieron presentes san Constantino y su madre, la santa emperatriz Elena, junto con una gran multitud.
San Silvestre hablaba en nombre de los cristianos, y los judíos tenían ciento veinte rabinos eruditos dirigidos por Zambres, un mago y hechicero. Citando los libros sagrados del Antiguo Testamento, san Silvestre demostró de manera convincente que todos los profetas predijeron el nacimiento de Jesucristo de la Purísima Virgen, así como su sufrimiento y muerte voluntarios por la redención de la raza caída de la humanidad, y su gloriosa Resurrección.
El Santo fue declarado vencedor del debate. Entonces Zambres intentó recurrir a la hechicería, pero el Santo obstruyó tal mal invocando el nombre del Señor Jesucristo. Zambres y los demás judíos llegaron a creer en Jesucristo y pidieron ser bautizados.
San Silvestre guio a la Iglesia romana durante más de veinte años, ganándose la estima de su rebaño. Durmió pacíficamente en la ancianidad en el año 335.
REFERENCIAS
Orthodox Church in America. (2023). Saint Sylvester, Pope of Rome. New York, Estados Unidos: OCA.
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