conmemorada el 15 de diciembre.
Hoy, día 15 del mes de diciembre la Iglesia de Cristo conmemora a la Santa Venerable Mártir Susana, quien adoptó la apariencia de un hombre y cambió su nombre a Juan.
La Venerable Mártir Susana floreció durante el reinado del emperador Maximiano (286-305). Ella era oriunda de Palestina, hija de un padre griego llamado Artemios, sacerdote pagano y una madre hebrea llamada Martha. Sin embargo, llegó a conocer la fe cristiana y fue bautizada por el obispo Silouan. Tras el reposo de sus padres, la bendita doncella repartió su herencia entera entre los necesitados y liberó a todos sus sirvientes. Luego vistió ropa de hombre, cortó su cabello y acudió a un Monasterio de hombres en Jerusalén, asumiendo el nombre de Juan. Debido a sus muchas virtudes, fue nombrada Archimandrita de éste monasterio.
Pasados veinte años, padeció graves calumnias. Una mujer asceta llegó al Monasterio y, creyendo que Susana era un hombre, fue instigada por el maligno para llevar al “Archimandrita Juan” al pecado. Como Susana no lo consintió, la mujer despreciada resolvió acusar a Susana de tomarla por la fuerza. Susana aceptó con gusto la acusación calumniosa y pidió perdón a la mujer.
Sin embargo, el obispo de Eleuterópolis se enteró de ésto y se presentó en el Monasterio para averiguar por qué el abad permitía que ocurrieran cosas tan desordenadas. Por lo tanto, el obispo decidió eliminar el esquema monástico del acusado “Archimandrita Juan”.
Necesariamente apareció la bienaventurada Susana y pidió dos vírgenes y dos diaconisas, a las que informó que era mujer. Cuando el obispo se enteró de ésto, quedó asombrado y la ordenó diaconisa. Desde entonces, la bienaventurada obró muchos milagros en el nombre del Señor.
Cuando Alejandro, el gobernador, fue a Eleuterópolis y ofreció sacrificios a los ídolos allí, la Santa se acercó voluntariamente a él y con la sola oración derribó los ídolos. Luego, de pie ante el gobernador, confesó a Cristo. Por eso hizo que cortaran sus pechos, mas fueron restaurados y sanados por el poder de Dios. Cuando aquellos que cortaron sus pechos vieron ésta restauración milagrosa, también creyeron en Cristo. Por tal razón fueron decapitados y recibieron la corona del martirio.
Luego se vertió plomo fundido a través de un embudo en la boca de Susana el cual llenó sus intestinos. Sin embargo, la Santa quedó ilesa por la gracia divina. Por tanto, fue azotada, luego arrojada al fuego, entregando su alma a Dios. Así partió hacia el Señor, su Esposo deseado.
REFERENCIAS
La Ortodoxia es la Verdad. (2023). Santa Susana la Diaconisa y Mártir. Atenas, Grecia: https://laortodoxiaeslaverdad.blogspot.com
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