conmemorada el 3 de enero.
Santa Thomais (del gr. “Θωμαΐς”, Tomaida en español) era de la isla de Lesbos y nació a principios del siglo X de padres piadosos y ricos, cuyos nombres eran Mikhael y Kali. No tenían hijos, pero por la gracia de Dios y las intercesiones de la Panagía (La Toda Santa, Madre de Dios), Quien se apareció ante Kali, concibieron a Thomais.
La Santa, presionada por sus padres, se casó con un hombre de nombre Esteban a la edad de 24 años. Siendo piadosa y virtuosa, soportó el comportamiento bárbaro de su esposo, quien la golpeó severamente todos los días durante trece años, y verdaderamente era una “corona de espinas” para ella. Fue abofeteada azotada, mofada, reprendida y quemada, entre otros tormentos feroces. La Santa contrarrestó ésta tentación con oración, paciencia, caridad, doxología y acción de gracias.
A cambio de soportar éstas pruebas cual oro en el horno, Dios la glorificó y la hizo merecedora del don de obrar milagros; asimismo, le fue dado el poder de expulsar los espíritus malignos de los poseídos. Su compasión se extendió especialmente hacia las prostitutas, a quienes llevó a la conversión al curar sus enfermedades.
Desde Lesbos, Thomais y Esteban se mudaron a Constantinopla. Sus padres también se mudaron allí. Después de la muerte de su padre, su madre ingresó al convento de “Mikra Romaiou”, y más tarde se convirtió en abadesa allí. Mientras tanto, los juicios y abusos de Thomais aumentaban a diario. Su consuelo en éste momento era hacer el bien para los demás y asistir a los servicios de la iglesia, la mayoría de las veces en Blaquerna, tanto como podía, aunque su esposo se lo impedía. Ella hacía esto especialmente en la noche, para orar por la salvación del mundo.
Santa Thomais durmió en paz a la edad de 38 años y fue enterrada en el convento llamado “Mikra Romaiou”, que yacía entre Selibria y Polyandriou en la séptima colina de Constantinopla.
Cuarenta días después de su entierro, su santos restos fueron descubiertos y colocados en un lujoso relicario dentro de la iglesia principal del Monasterio. Su cuerpo estaba incorrupto y en sus honorables manos tenía heridas infligidas por su esposo.
Antiguamente, su memoria se celebraba el 1° de enero, ya que el día de su muerte fue el mismo que las Fiestas de la Circuncisión de Cristo y de san Basilio el Grande, pero después del siglo XI la celebración de su memoria se transfirió al día 3 del mes de enero. Su cuerpo honorable se perdió, probablemente durante el saqueo de Constantinopla por los latinos (1204).
Su tumba y sus sagradas reliquias se convirtieron en una fuente de milagros. Un hombre poseído por el demonio llamado Konstantinos, quien se acercó a su tumba, fue sanado. Un paralítico llamado Eutychianos, que oró y abrazó su tumba, se puso de pie. Una monja con terribles dolores de cabeza fue sanada, y otra con epilepsia también fue sanada. Un pescador encontró sus redes desgarradas en el mar llenas de peces a través de sus intercesiones. Una mujer con terribles dolores de estómago fue sanada y por gratitud construyó un magnífico arco sobre su tumba. También debe tenerse en cuenta que su esposo, quien después de su muerte fue poseído por el demonio, fue sanado. Lo habían encadenado para luego llevarlo a la tumba de la Santa, donde fue sanado.
REFERENCIAS
La Ortodoxia es la Verdad. (2023). Santa Thomais de Lesbos. Atenas, Grecia: https://laortodoxiaeslaverdad.blogspot.com
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