conmemorada el 12 de enero.
La Santa Virgen Mártir Tatiana nació en el seno de una ilustre familia romana, y su padre fue elegido cónsul en tres ocasiones. Era secretamente cristiano y crio a su hija para que fuera devota de Dios y de la Iglesia. Cuando llegó a la edad de madurez, Tatiana decidió permanecer virgen, comprometiéndose con Cristo. Desdeñando las riquezas mundanas, buscó en cambio las riquezas imperecederas del Cielo. Fue nombrada diaconisa en una de las iglesias romanas y sirvió a Dios en ayuno y oración, atendiendo a los enfermos y auxiliando a los menesterosos.
Cuando Roma estaba gobernada por Alejandro Severo (222-235), de dieciséis años de edad, el poder entero estaba concentrado en manos del regente Ulpiano, un perverso enemigo y perseguidor de los cristianos. La sangre cristiana fluía cual río. Tatiana fue igualmente arrestada y conducida al templo de Apolo para conminarla a ofrecer sacrificio al ídolo. La Santa comenzó a orar, y, de súbito, un terremoto tuvo lugar. El ídolo se desmoronó en pedazos, y parte del templo se derrumbó y cayó sobre el clero pagano y muchos de sus adeptos. El demonio que habitaba en el ídolo huyó chillando de ese lugar. Los presentes observaron su sombra volar por el aire.
Arrancaron sus ojos a la Santa Virgen Tatiana empleando garfios, mas ella soportó todo valientemente, orando por sus verdugos para que el Señor abriera sus ojos espirituales. El Señor escuchó la oración de su sierva. Los verdugos vieron a cuatro ángeles rodear a la Santa y abatir a sus verdugos. Se oyó una voz desde los Cielos hablando a la Santa Virgen. Ocho hombres creyeron en Cristo y cayeron de rodillas ante Santa Tatiana, rogando que perdonara su pecado contra ella. Confesándose cristianos fueron torturados y ejecutados, recibiendo el Santo Bautismo con sangre.
Al día siguiente Santa Tatiana fue llevada ante el perverso juez. Viéndola completamente curada de todas sus heridas, la desnudaron y la azotaron, y cortaron su cuerpo con navajas. Una maravillosa fragancia llenó entonces el aire. Luego la extendieron sobre el suelo y la golpearon durante tanto tiempo que los sirvientes tuvieron que ser reemplazados múltiples veces. Los torturadores se cansaron y dijeron que un poder invisible los estaba golpeando con barras de hierro. En efecto, los ángeles rechazaron los golpes dirigidos a ella y los volvieron contra los verdugos, causando que nueve de ellos cayeran muertos. Luego aprisionaron a la Santa, donde oró toda la noche y con los ángeles cantó alabanzas al Señor.
Comenzó una nueva mañana y llevaron a Santa Tatiana al tribunal una vez más. Los torturadores vieron con asombro que después de tan terribles tormentos ella aparecía completamente sana y aún más radiante y hermosa que antes. Comenzaron a instarla a ofrecer sacrificio a la diosa Diana. La Santa parecía dispuesta y la condujeron al templo pagano. Santa Tatiana hizo la Señal de la Cruz y comenzó a orar. De repente, hubo un estruendo de truenos ensordecedores, y un rayo cayó sobre el ídolo, las ofrendas de sacrificio y los sacerdotes paganos.
Una vez más, la Virgen Mártir fue cruelmente atormentada. La colgaron y rasparon con garras de hierro, y cortaron sus senos. Esa noche, los ángeles se aparecieron ante ella en la prisión y sanaron sus heridas como antes. Al día siguiente, llevaron a Santa Tatiana al circo y soltaron un león hambriento. La bestia no hizo daño a la Santa, sino que lamió mansamente sus pies.
Mientras llevaban al león de regreso a su jaula, éste mató a uno de los torturadores. Arrojaron a Tatiana al fuego, pero el fuego no dañó a la Mártir. Los paganos, pensando que era una hechicera, cortaron su cabello para despojarla de sus poderes mágicos y luego la encerraron en el templo de Zeus.
Al tercer día, los sacerdotes paganos arribaron al templo con la intención de ofrecer sacrificio a Zeus. Vieron el ídolo en el suelo, hecho añicos, y la Santa Mártir Tatiana alabando con alegría al Señor Jesús Cristo. Entonces, el juez condenó a la valerosa sufriente a ser decapitada con una espada. Su padre fue también ejecutado con ella, porque la había criado para amar a Cristo.
REFERENCIAS
Orthodox Church in America. (2023). Martyr Tatiana of Rome, and those who suffered with her. New York, Estados Unidos: OCA.
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