conmemorado el 18 de octubre.
El Santo Apóstol y Evangelista Lucas, era originario de la Antioquía Siria, fue acompañante del santo Apóstol Pablo (Fil 1:24, 2 Tim 4:10-11), además de galeno vastamente ilustrado en las artes médicas griegas. Luego de oír palabra sobre Cristo, Lucas arribó a Palestina y aceptó con fervor la predicación de salvación del mismo Señor nuestro. Como uno de los Setenta Apóstoles (cfr. Lc 10:1), san Lucas fue enviado por el Señor a todo pueblo y lugar a fin de predicar el Reino de los Cielos durante la vida terrena del Salvador (Lc 10,1-3). Después de la Resurrección, el Señor Jesucristo se apareció a los santos Lucas y Cleofás en el camino a Emaús.
Lucas acompañó a san Pablo en su segundo viaje misionero y desde entonces fueron inseparables. Cuando los colaboradores de Pablo lo abandonaron, solo Lucas permaneció para asistirlo en su ministerio (2 Tm 4:10-11). Tras la muerte y martirio de los primeros apóstoles Pedro y Pablo, san Lucas salió de Roma para predicar en Acaya, Libia, Egipto y Tebaida. La vida del Santo Apóstol y Evangelista concluyó padeciendo el martirio en la ciudad de Tebas.
La tradición atribuye a san Lucas la composición de los primeros íconos de la Madre de Dios. “Que la gracia de Aquel que de Mí nació y Mi misericordia estén con estos Íconos”, dijo la Virgen Purísima después de ver los iconos. San Lucas igualmente compuso íconos de los primeros apóstoles Pedro y Pablo. El Evangelio según san Lucas fue escrito en los años 62-63 en Roma, bajo la guía del Apóstol Pablo. En los versículos preliminares (1,1-3), san Lucas expone con precisión el propósito de su obra. Propone registrar, en orden cronológico, todo lo que los cristianos conocen sobre Jesucristo, así como Su Divina enseñanza. Al hacer esto, proporcionó una base histórica más firme para la enseñanza cristiana (1:4). Investigó atentamente los hechos y se sirvió generosamente de la tradición oral de la Iglesia y de testimonio de la mismísima Virgen María (2,19.51).
En el Evangelio según san Lucas, el mensaje de la salvación hecha posible por el Señor Jesucristo y la predicación del Evangelio son de primera importancia.
San Lucas también escribió los Hechos de los Santos Apóstoles en Roma alrededor del 62-63 d.C. El Libro de los Hechos, que es una continuación de los cuatro Evangelios, narra las obras y frutos de los Santos Apóstoles tras la Ascensión del Salvador. En el centro de la narración se sitúa el Concilio de los Santos Apóstoles en Jerusalén en el año 51, acontecimiento Eclesial de suma trascendencia el cual devino en la separación del cristianismo del judaísmo tanto cuanto su diseminación independiente a lo ancho del mundo (Hch 15:6-29). El enfoque teológico del Libro de los Hechos es la venida del Espíritu Santo, quien guiará a la Iglesia “a toda la verdad” (Jn 16:13) hasta la Segunda Venida de Cristo.
Las santas reliquias de san Lucas fueron tomadas de Constantinopla y llevadas a Padua, Italia en algún momento de la historia. Quizás esto fue durante la infame Cruzada de 1204. En 1992, el metropolita Hierónimo (Jerónimo) de Tebas solicitó al obispo católico romano de Tebas que obtuviera una parte de las reliquias de san Lucas para el sepulcro vacío del santo en la catedral ortodoxa de Tebas.
El obispo católico romano Antonio Mattiazzo de Padua, advirtiendo que los peregrinos ortodoxos acudían a Padua para venerar las reliquias pese a que muchos católicos ni siquiera sabían que las reliquias estaban allí, nombró un comité para investigar las reliquias en Padua y el cráneo de san Lucas en la Catedral Católica de san Vico en Praga.
Se determinó que el esqueleto era el de un anciano de constitución fuerte. En 2001, se consideró que un diente encontrado en el ataúd era compatible con el ADN de los sirios que vivían cerca del área de Antioquía que data del 72-416 d. C. El cráneo en Praga encajaba perfectamente con el hueso del cuello del esqueleto. También se encontró que el diente encontrado en el ataúd en Padua encajaba en la mandíbula del cráneo.
El obispo Mattiazzo envió una costilla de las reliquias al metropolitano Hierónimo para su veneración en la tumba original de san Lucas en la catedral ortodoxa de Tebas.
Al Santo Apóstol y Evangelista Lucas también se lo conmemora el 22 de abril.
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