conmemorado el 27 de julio.
El Santo Gran Mártir y Sanador Panteleímon (Pantaleón) nació en la ciudad de Nicomedia en el seno de la familia del ilustre pagano Eustorgio, y se lo dio el nombre de Pantaleón. Su madre Santa Euboula (30 de marzo) era cristiana. Deseaba criar a su hijo en la fe cristiana, pero falleció cuando el futuro Mártir era apenas si un niño pequeño. Su padre lo envió a una escuela pagana, tras lo cual, el joven estudió medicina en Nicomedia con el renombrado médico Eufrosino. Pantaleón llamó la atención del emperador Maximiano (284-305), quien deseaba nombrarlo médico real cuando concluyera sus estudios.
En aquel tiempo, los Hieromártires Hermólaos, Hermipos y Hermócrates, sobrevivientes de la masacre de veinte mil cristianos ocurrida en el año 303 (28 de diciembre), vivían en secreto en Nicomedia. San Hermólaos, un sacerdote, vio a Pantaleón una y otra vez cuando arribó a la casa donde se ocultaban. Un día, el Santo Sacerdote invitó al joven a la casa y le habló de la fe cristiana. Después de ésto, Pantaleón visitó todos los días a san Hermolao.
Un día el Santo encontró a un niño fallecido en la calle. Había sido mordido por una gran serpiente, que yacía todavía a un lado del cuerpo del niño. Pantaleón comenzó a orar al Señor Jesucristo para que reviviera al niño muerto y destruyera al reptil venenoso. Resolvió firmemente que, si se cumplía su oración, se convertiría en un seguidor de Cristo y recibiría el Santo Bautismo. El niño se levantó vivo y la serpiente murió ante los ojos de Pantaleón.
Obrado éste milagro, Pantaleón recibió el Santo Bautismo de san Hermólaos con el nombre de Panteleímon (que significa “misericordioso”). Conversando con Eustorgio, san Panteleímon lo preparó para abrazar el cristianismo. Cuando el padre atestiguó cómo su hijo curaba a un ciego invocando a Jesucristo, creyó en Cristo y recibió el Santo Bautismo de san Hermolao junto con el hombre que había recuperado la vista.
Después del reposo de su padre, san Panteleímon dedicó su vida a los sufrientes, los enfermos, los desafortunados y los necesitados. Trató a todos los que acudían a él gratuitamente, sanándolos en el Nombre de Jesucristo. Visitó a los cautivos en prisión. Éstos eran generalmente cristianos, y él los sanó de sus heridas. En poco tiempo, voz del caritativo médico se extendió por toda la ciudad. Abandonando a los otros médicos, los habitantes comenzaron a volverse solo hacia san Panteleímon.
Los médicos envidiosos dijeron al emperador que san Panteleímon estaba curando a los prisioneros cristianos. Maximiano instó al Santo a refutar la acusación ofreciendo sacrificios a los ídolos. San Panteleímon se confesó cristiano y sugirió que una persona enferma, para quien los médicos no tenían esperanza, debería ser llevada ante el emperador. Entonces los doctores podían invocar a sus dioses, y Panteleímon oraría a su Dios para curar al hombre. Se trajo a un hombre paralítico por largo tiempo, y los sacerdotes paganos conocedores del arte médico invocaron a sus dioses sin éxito. Entonces, ante los mismos ojos del emperador, san Panteleímon sanó al paralítico invocando el Nombre de Jesucristo. El feroz Maximiano ejecutó al hombre sanado y entregó a san Panteleímon al cruel tormento.
El Señor se apareció al Santo y lo fortaleció ante sus sufrimientos. Colgaron al Gran Mártir Panteleímon de un árbol y rasparon su cuerpo con ganchos de hierro, lo quemaron con fuego y luego lo extendieron sobre el potro, lo arrojaron a un caldero de alquitrán hirviendo y lo arrojaron al mar con una piedra alrededor de su cuello. A lo largo de éstas torturas, el Mártir permaneció ileso y denunció al emperador.
En este momento los sacerdotes Hermólaos, Hermipos y Hermócrates fueron llevados ante la corte de los paganos. Los tres confesaron su fe en el Salvador y fueron decapitados (26 de julio).
Por orden del emperador trajeron al Gran Mártir Panteleímon al circo para ser devorado por las fieras. Los animales, sin embargo, se acercaron a él y lamieron sus pies. Los espectadores comenzaron a gritar: “¡Grande es el Dios de los cristianos!”. Enfurecido, Maximiano ordenó a los soldados apuñalar con la espada a cualquiera que glorificara a Cristo y cortar la cabeza del Gran Mártir Panteleímon. Condujeron al Santo al lugar de la ejecución y lo ataron a un olivo. Mientras el Mártir oraba, uno de los soldados lo atacó con una espada, pero la espada se volvió blanda como la cera y no lo infligió ninguna herida. El Santo concluyó su oración, y se escuchó una Voz del Cielo, llamando al portador de la pasión por su nuevo nombre y convocándolo al Reino celestial.
Al escuchar la Voz, los soldados se postraron ante el Santo Mártir y suplicaron perdón. Se negaron a continuar con la ejecución, pero san Panteleímon les dijo que cumplieran la orden del emperador, porque de lo contrario no tendrían participación con él en la vida futura. Los soldados, entre lágrimas, se despidieron del Santo con un beso.
Cuando el Santo fue decapitado, el olivo al que estaba atado, se cubrió de frutos. Muchos de los que estuvieron presentes en la ejecución creyeron en Cristo. El cuerpo del Santo fue arrojado al fuego, pero salió ileso y fue enterrado por cristianos. Los siervos de san Panteleímon Laurence, Bassos y Probus presenciaron su ejecución y escucharon la Voz del Cielo. Registraron la vida, los sufrimientos y la muerte como mártir del Santo.
Porciones de las Santas Reliquias del Gran Mártir Panteleímon se repartieron por todo el mundo cristiano. Su venerable cabeza se halla en el Monasterio ruso de San Panteleímon en el Monte Athos.
La veneración del Santo Mártir en la Iglesia Ortodoxa Rusa ya era conocida en el siglo XII. El príncipe Izyaslav (en Bautismo, Panteleímon), hijo de San Mstislav el Grande, tenía una imagen de san Panteleímon en su casco. Por la intercesión del Santo, permaneció con vida durante una batalla en el año 1151. En la fiesta del Gran Mártir Panteleímon, las fuerzas rusas obtuvieron dos victorias navales sobre los suecos (en 1714 cerca de Hanhauze y en 1720 cerca de Grenham).
San Panteleímon es venerado en la Iglesia Ortodoxa como un Santo poderoso y protector de los soldados. Éste aspecto de su veneración se deriva de su primer nombre Pantaleón, que significa “un león en todo”. Su segundo nombre, Panteleímon, que le fue dado en el Bautismo, que significa “misericordioso”, se manifiesta en la veneración del Mártir como sanador. El vínculo entre ambos aspectos del Santo se pone de manifiesto en el hecho de que los soldados, que reciben heridas más a menudo que otros, tienen gran necesidad de de un médico sanador. Los cristianos que libran la guerra espiritual también recurren a éste Santo, pidiéndolo que sane sus heridas espirituales.
El Santo Gran Mártir y Sanador Panteleímon es invocado en el Misterio de la Unción de los Enfermos, en la Bendición del Agua y en las Oraciones por los Enfermos.
REFERENCIAS
Orthodox Church in America. (2023). Greatmartyr and Healer Panteleimon. New York, Estados Unidos: OCA.
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