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SANTO JUSTO, GRAN SUFRIENTE Y PROFETA JOB

Foto del escritor: monasteriodelasant6monasteriodelasant6

conmemorado el 6 de mayo.


En el sexto día del mes de mayo, la Iglesia de Cristo conmemora al Santo Justo, gran sufriente y profeta Job. El Justo Job provenía de la región Ausítida que se situaba entre Judea y Arabia, y era hijo de Zaréz y de Bosórrha. Era descendiente, el quinto desde Abraham, de uno de los hijos de Esaú, primogénito de Isaac. Su nombre antes era Jobab. Él había profetizado durante cuarenta y cinco años, y vivió siglos antes de la venida de Cristo. A pesar de su extraordinaria riqueza era temeroso de Dios, justo, apartado del mal e irreprochable.

Por concesión de Dios, para probarlo, fue tentado por Satán. Éste le había pedido a Dios a éste íntegro hombre para castigarlo, y con tal castigo hacerlo perder la paciencia al punto de blasfemar contra Dios, porque Dios mismo dio testimonio de él, diciendo: “¿Y has reparado en mi siervo Job, que no lo hay como él en la tierra, varón íntegro y justo, temeroso de Dios y apartado del mal?” (Jb 1:8). Por lo tanto, Dios permitió que todo cuanto el justo poseía fuera puesto en manos del adversario. Perdió, pues, su riqueza y a sus bienamados, con excepción de su esposa. Padeció gravemente de lepra “desde la planta de los pies hasta la coronilla” (Jb 2:7) y otras heridas y sufrimientos indescriptibles.

Debido a ésto, dejó la ciudad y pasó el resto de su vida en una cueva, rezando y restregando sus heridas para aliviarse. Ni las exhortaciones de su esposa ni las de sus amigos pudieron alejarlo de Dios. El justo Job se mantuvo firme e inamovible durante ésta prueba, y en vez de blasfemar, daba gracias a Dios. Cuando lo visitaba su esposa, llena de enfado, le decía: “¿Hasta cuándo estarás diciendo: ‘He aquí que yo esperaré un poco más de tiempo y espero que se solucione mi situación’? He aquí, tu memoria se ha desvanecido de la tierra, porque tus hijos y tus hijas, éstos doloridos frutos de mi vientre, han desaparecido. En vano me fatigué para criarlos. Tú mismo estás sentado encima de una cama de barro, pasando no solo los días sino también las noches al aire libre. Yo vagando, como una sierva que va de uno a otro lugar y de una casa a otra y esperando a que el sol se ponga, para descansar de mis fatigas físicas y mi sufrimiento psíquico, los cuales hoy me acorralan. Dí, entonces, que muera, ¿sería motivo para el Señor?”.

Después de escuchar con la acostumbrada apacibilidad la amargura de su mujer, con gran tristeza la respondió: “Has hablado como habla cualquier mujer necia. ¿No recibimos de Dios los bienes? ¿Por qué no vamos a recibir también los males?” ─dijo permaneciendo temeroso de Dios, justo, recto e inmaculado. Sólo momentáneamente su moral empeoró, cuando lo visitaron sus tres amigos “Elifaz, temanita, Bildad, súbita, y Sofar, namatita”; quienes se mantuvieron en silencio, lo asistieron durante siete días, pero inmediatamente después, a través de su profunda fe, él se reestableció (La Ortodoxia es la Verdad, 2023).

Job perdió a sus hijos, su fortuna, su gloria y todo consuelo, todo a la vez. Su cuerpo entero se hirió con una “ulceración maligna”. Sin embargo, permaneció firme y paciente ante su desgracia durante siete años, dando siempre gracias a Dios.

Más tarde, Dios restauró su antigua prosperidad y obtuvo el doble que antes. Job vivió una perdurable vida.

Las elucidaciones del Santo y Justo Job se encuentran entre los escritos más poéticos del Libro Veterotestamentario intitulado en su nombre. Es una de las porciones más edificantes de la Sagrada Escritura. Job nos enseña que debemos soportar las adversidades de la vida con paciencia y confianza en Dios. Como dice san Antonio el Grande (17 de enero), sin tentaciones es imposible que los fieles se salven.

La Iglesia ortodoxa lee el libro de Job, el primero de los siete libros sapienciales del Antiguo Testamento, durante la Semana Santa, estableciendo un paralelo entre Job y Cristo como hombres justos que sufrieron sin culpa propia. Dios permitió que Satanás afligiera a Job para que su fidelidad fuera probada. Cristo, único sin pecado, sufrió voluntariamente por nuestros pecados. El texto de la Septuaginta de Job 42:17 dice que Job “se levantará con aquellos a quienes el Señor levante”. Éste pasaje se lee el Gran y Santo Viernes, cuando el Evangelio compuesto de Vísperas habla de la apertura de los sepulcros en el momento en que el Salvador murió en la Cruz, y los cuerpos de los Santos fueron resucitados, y se aparecieron a muchos después de la Resurrección de Cristo (Evangelio según san Mateo 27:52) (OCA, 2023).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

REFERENCIAS

Orthodox Church in America. (2023). Righteous Job the Long-Suffering. New York, Estados Unidos: OCA.


La Ortodoxia es la Verdad. (2023). El Justo Job el Profeta.  Atenas, Grecia: https://laortodoxiaeslaverdad.blogspot.com

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