conmemorado el 20 de agosto.
El Santo Profeta Samuel fue el decimoquinto y último de los Jueces de Israel, y vivió poco menos de mil doscientos años antes del Nacimiento de Cristo. Descendía de la tribu de Leví, y era hijo de Elcana y Ana de Ramathaim-Zophim de los Montes de Efraím. Nació habiendo sido suplicado al Señor a través de las oraciones de su madre Ana (por lo que recibió el nombre de Samuel, que significa “suplicado de Dios”). Incluso antes de nacer, estaba dedicado a Dios. Su canción, “Mi corazón se regocija en el Señor”, es la tercera oda del Canon del Antiguo Testamento (1 S/1 R 2:1-10).
Cuando el niño cumplió tres años, su madre lo acompañó a Silo y, en cumplimiento de su voto, lo dedicó a la adoración de Dios. Ella lo entregó al cuidado del Sumo Sacerdote Helí, quien en ese momento era juez sobre Israel. El Profeta creció en el temor de Dios, y a los doce años de edad tuvo una revelación de que Dios castigaría la casa del Sumo Sacerdote Helí, porque no refrenó la impiedad de sus hijos. La familia de Helí fue aniquilada en un solo día.
La profecía se cumplió cuando los filisteos, habiendo matado en la batalla a treinta mil israelitas (entre ellos Ofni y Fines, hijos del Sumo Sacerdote Helí), obtuvieron la victoria y capturaron el Arca de la Alianza. Al oír esto, el Sumo Sacerdote Helí cayó hacia atrás de su asiento en la puerta, y rompiéndose la espalda, murió. La esposa de Fines, al enterarse de lo que había sucedido en ésta misma hora, dio a luz un hijo (Ichabod) y murió con las palabras: “La gloria se ha apartado de Israel, porque el Arca de Dios ha sido quitada” (1 S/ 1 R 4: 22).
A la muerte de Helí, Samuel se convirtió en juez de la nación de Israel. El Arca de Dios fue devuelta por los filisteos por iniciativa propia. Después de volver a Dios, los israelitas retornaron a todas las ciudades que los filisteos habían tomado. En su vejez, el Profeta Samuel hizo a sus hijos Joel y Abías jueces sobre Israel, pero no siguieron ni la integridad ni el justo juicio de su padre, ya que estaban motivados por la codicia.
Entonces los ancianos de Israel, queriendo que la nación de Dios fuera “como las demás naciones” (1 S/1 R 8:20), exigieron al profeta Samuel que tuvieran un rey. El Profeta Samuel ungió a Saúl como rey, pero vio en ello la caída del pueblo, al que Dios mismo había gobernado hasta ese momento, anunciando su voluntad a través de “jueces”, sus Santos Elegidos. Renunciando al cargo de juez, el Profeta Samuel preguntó a la gente si estaban de acuerdo su continuado gobierno, pero nadie dio un paso al frente por él.
Después de denunciar al primer rey, Saúl, por su desobediencia a Dios, el profeta Samuel ungió a David como rey. Le había ofrecido asilo a David, salvándolo de la persecución del rey Saúl. El profeta Samuel murió en la ancianidad. Su vida está registrada en la Biblia (1 S/1 Reyes; Eclo 46:13-20).
En el año 406 las reliquias del Santo Profeta Samuel fueron trasladadas de Judea a Constantinopla.
REFERENCIAS
Orthodox Church in America. (2023). Prophet Samuel. New York, Estados Unidos: OCA.
コメント