conmemorados el 19 de marzo.
San Claudio (del gr. Klaúdios) era un tribuno romano pagano durante los años del emperador Numeriano (283-284). El Eparca Celerino lo entregó a los Santos Crisanto y Daría (19 de marzo), para que los torturase.
Crisanto fue azotado sin piedad con una vara espinosa, al punto en que sus torturadores se agotaron. Pero él permaneció impasible, como si el golpeado hubiese sido otro. También su esposa Daría fue torturada, y, asimismo, fue preservada. Cuando Claudio vio ésto, reconoció con pleno uso de razón que sólo podría tratarse de un milagro y creyó en Cristo. Cayó a los pies del Santo y pidió recibir el Santo Bautismo, junto con su esposa Hilaria y sus dos hijos Mauro y Jasón, y con todos sus sirvientes, amigos y soldados bajo su mando.
Cuando el emperador Numeriano se enteró de lo dicho, ordenó atar una piedra al cuello de Claudio y arrojarlo al mar. También ordenó que todos sus soldados fueran torturados, y que aquellos que no negasen a Cristo fuesen decapitados en el teatro.
De ésta manera, san Claudio y sus soldados, que se mantuvieron firmes en la fe, recibieron la corona del martirio.
Los dos hijos acudieron voluntariamente a ser martirizados y se presentaron ante el tirano y confesaron a Cristo. Éste los hizo decapitar y también recibieron la inmarcesible corona del martirio. Cerca del sitio donde los Santos fueron martirizados había una cueva que los cristianos limpiaron, y allí sepultaron las reliquias de los Santos.
Cuando Hilaria, la mujer del tribuno Claudio, recibió las reliquias de sus hijos, los sepultó en un lugar separado, y a menudo visitaba su tumba. Una de tales veces fue capturada por los impíos, quienes se la llevaron por la fuerza porque era cristiana. Suplicó a los soldados que la dejasen orar un momento. Dejándola, levantó sus manos al cielo y oró, y mientras oraba entregó su alma en las manos de Dios.
Cuando los atormentadores vieron éste milagro, se asombraron y abandonaron ese lugar. Dos siervas de la Santa, al enterarse de su muerte, acudieron al sitio tal y tomaron sus reliquias, y la sepultaron cerca de sus dos hijos.
REFERENCIAS
La Ortodoxia es la Verdad. (2024). San Claudio el Tribuno, su Esposa Hilaria y sus Hijos Jasón y Mauro. Atenas, Grecia: https://laortodoxiaeslaverdad.blogspot.com
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