VENERABLE DAVID DE EUBEA
- monasteriodelasant6
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conmemorado el 1° de noviembre.

El Venerable David (gr. Όσιος Δαβίδ) nació a principios del siglo XVI en el pueblo costero de Gardinitza (gr. Γαρδινίτζα), que se encontraba cerca de Talántio (gr. Ταλάντιο), sitio costero frente a la isla de Eubea (gr. Εὔβοια, “Eubia”, Eubea”).
Vivió cuando el Patriarca de Constantinopla era Jeremías, sobre el año 1519. Su padre se llamaba Cristódulo y era un sacerdote devoto y virtuoso, y su madre se llamaba Teodora. El venerable David tenía un hermano y dos hermanas más. Cuando David no tenía más de tres años, el Santo, Honorable, Glorioso, Profeta, Precursor y Bautista Juan se le apareció una noche y le llevó a la iglesia cercana que estaba dedicada al Precursor. Permaneció allí de pie, descalzo, durante seis días, perdido en la visión, ante el icono de san Juan.
Desde pequeño demostró una personalidad brillante y aprendió perfectamente las Sagradas Escrituras. Alimentado por los principios de obediencia a sus padres, el ascetismo y la oración incesante, dejó su hogar familiar a la edad de quince años, en busca de un padre espiritual.
Lo encontró en la persona del Hieromonje Acacio, conocido en los pueblos de la región por su virtuosa vida y poderosa predicación, quien lo instruyó en las virtudes de la vida monástica. Desde entonces el Venerable David llevó a cabo una impresionante andanza espiritual, mostrando una obediencia perfecta, acompañada de humildad y oración incesante, según su biografía, y enseñando la virtud con la práctica y obrando milagros.
Debido a que su higúmeno y padre espiritual Acacio deseaba encontrar un Monasterio más avanzado en la vida espiritual, David le siguió. Primero fueron a Ossa, cerca del monte Olimpo, y luego, después de haber sido ordenado diácono, a una peregrinación por los Monasterios del Monte Athos. Desde allí, el padre Acacio partió sólo a Constantinopla, dejando a David en el Monasterio de la Gran Lavra.
El Gérondas Acacio fue consagrado Metropolitano de Arta y Lepanto por el Patriarca Jeremías, y poco después convocó a David a su sede para que lo ayudara en sus tareas pastorales. A pesar de vivir en el mundo, David no se relajó en lo más mínimo en sus ayunos, sus vigilias de toda la noche, innumerables postraciones y completa obediencia a su padre espiritual. Pronto se convirtió en sacerdote y fue nombrado Higúmeno del Monasterio de la Madre de Dios, conocido como Varnakova, cerca de Lepanto (gr. Ναύπακτος, “Náfpaktos”). Mas su gran entusiasmo por lo divino y sus demandas espirituales fueron causa de conflicto con los monjes de allí, quienes no querían otra cosa que hacer su propia voluntad. Así que dejó el Monasterio y fue a buscar un lugar con tranquilidad. Se instaló en un sitio árido en una montaña cerca de Parnassos. En tanto permaneció allí fue atacado por un gran número de tentaciones diabólicas. Acusado de albergar a un esclavo fugitivo, fue arrestado por los turcos y sometido al tormento durante un largo período de tiempo, antes de ser liberado mediante el pago de un rescate pagado por los fieles que moraban en la zona. Luego partió para encontrar un nuevo lugar para cultivar su ascesis en una ermita en la isla de Eubea. Allí reconstruyó una pequeña iglesia en honor a la Transfiguración del Salvador y no pasó mucho tiempo antes de que se reuniera un grupo de discípulos que compartirían su estilo de vida y su amor por la oración. En imitación de Cristo, David mostró un amor ilimitado hacia todos los que acudían a él, especialmente a los menesterosos, a los que no podía mirar sin derramar lágrimas.
Compartió abundantemente los bienes del Monasterio con todos los necesitados, merecedores o no, cristianos o musulmanes. Y así pasó muchos años reflejando el amor de Dios con sus virtudes y sus cuantiosos milagros. Mientras viajaba para mediar en las divisiones entre los obispos del Peloponeso, David y su navío fueron salvados milagrosamente. Al haber sido considerado digno del don de la predicción, ayudó a muchas personas a encontrar la salvación y conoció de antemano el día de su dormición.
Reunió a sus discípulos y les indicó sus últimas instrucciones espirituales. Partió de ésta vida en el momento en que, como confió a quienes lo rodeaban, Cristo se le había aparecido. Después de su reposo (1° de noviembre del año 1589 o 1601), una gran cantidad de milagros tuvieron lugar en la tumba del Santo.
Su biografía fue recopilada por su discípulo el monje Cristóforo y su Oficio Litúrgico compuesto por el Obispo de Talántio, Neófitos.
REFERENCIAS
La Ortodoxia es la Verdad. (2025). Venerable David de Eubea. Atenas, Grecia: https://laortodoxiaeslaverdad.blogspot.com

