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VENERABLE OLIMPIA LA DIACONISA

VENERABLE OLIMPIA LA DIACONISA

conmemorada el 25 de julio


La Venerable Olimpia (gr. Ολυμπιάδα) la Diaconisa era hija del senador Anicius Secundus, y por su madre era nieta del célebre Eparca Eulalio (se le menciona en la vida de San Nicolás). Antes de casarse con Anicius Secundus, la madre de Olimpia había estado casada con el emperador armenio Arsak, mas enviudó. Cuando la Venerable Olimpia era todavía muy joven, sus padres la comprometieron con un noble. El matrimonio se llevaría a efecto cuando Santa Olimpia alcanzara la madurez. Sin embargo, el prometido falleció pronto y Santa Olimpia no deseó contraer otro matrimonio, prefiriendo una vida de virginidad.


Tras la muerte de sus padres se convirtió en heredera de una gran fortuna, la cual repartió entre todos los necesitados: los menesterosos, huérfanos y viudas. También donó generosamente a iglesias, monasterios, hospicios y refugios para los oprimidos y desposeídos.


El Santo Patriarca Nectario (381-397) nombró diaconisa a la Venerable Olimpia. La Santa cumplió su servicio con honor y sin reproches.


Santa Olimpia prestó gran ayuda a los jerarcas que llegaban a Constantinopla: Anfiloquio, obispo de Iconio, Onésimo de Ponto, Gregorio el Teólogo, Pedro de Sebaste, hermano de san Basilio el Grande, Epifanio de Chipre, atendiéndolos a todos con gran amor. Ella no consideraba sus riquezas como propias sino de Dios, y las distribuía no sólo entre los buenos, sino también entre sus opositores.


San Juan Crisóstomo (13 de noviembre) tenía en gran estima a Santa Olimpia y la mostró buena voluntad y amor espiritual. Cuando éste Santo Jerarca fue desterrado injustamente, Santa Olimpia y las demás diaconisas se sintieron profundamente perturbadas. Al salir de la iglesia por última vez, san Juan Crisóstomo convocó a Santa Olimpia y a las demás diaconisas Pentadia, Proklia y Salbina. Dijo que los asuntos incitados contra él llegarían a su fin, pero lo verían poco más. Les pidió que no abandonaran la Iglesia, sino que continuaran sirviéndola bajo su sucesor. Las Santas mujeres, derramando lágrimas, se postraron ante el Santo.


El patriarca Teófilo de Alejandría (385-412), se había beneficiado repetidamente de la generosidad de Santa Olimpia, pero se volvió contra ella por su devoción a san Juan Crisóstomo. Asimismo, acogió y alimentó a los monjes que llegaron a Constantinopla, a quienes el patriarca Teófilo había desterrado del desierto egipcio. Lanzó acusaciones injustas contra ella e intentó sembrar dudas sobre su vida santa.


Después del destierro de san Juan Crisóstomo, alguien prendió fuego a una gran iglesia, y tras esto se quemó gran parte de la ciudad.


Todos los partidarios de san Juan Crisóstomo fueron sospechosos de incendio provocado y fueron convocados para ser interrogados. Se condujo a juicio a Santa Olimpia, interrogándola rigurosamente. La multaron con una gran suma de dinero por el delito de incendio provocado, a pesar de su inocencia y la ausencia de evidencia en su contra. Después de ésto, la Santa abandonó Constantinopla y se dirigió a Kyzikos (en el Mar de Mármara). Pero sus enemigos no cesaron en su persecución. En el año 405 la sentenciaron a prisión en Nicomedia, donde la Santa sufrió gran dolor y privación. San Juan Crisóstomo le escribió desde su exilio consolándola en su dolor. En el año 409 Santa Olimpia entró en el descanso eterno.


Santa Olimpia se apareció en sueños al obispo de Nicomedia e instruyó que colocaran su cuerpo en un ataúd de madera y lo arrojaran al mar. “Dondequiera que las olas lleven el ataúd, allí será sepultado mi cuerpo”, dijo la Santa. El ataúd fue llevado por las olas a un lugar llamado Brokthoi, cerca de Constantinopla. Los habitantes, informados por Dios, tomaron las santas reliquias de Santa Olimpia y las colocaron en la iglesia del Santo Apóstol Tomás.


Posteriormente, durante una invasión enemiga, la iglesia fue quemada, pero las reliquias fueron preservadas. Bajo el patriarca Sergio (610-638), fueron trasladadas a Constantinopla y colocadas en el monasterio de mujeres fundado por Santa Olimpia. De sus reliquias se obraron milagros y curaciones.



REFERENCIAS

Orthodox Church in America. (2024). Holy Woman Olympias (Olympiada) the Deaconess of Constantinople. New York, Estados Unidos: OCA.

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