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SAN ALEJANDRO, PATRIARCA DE CONSTANINOPLA

conmemorado el 30 de agosto.


Los Santos Alejandro, Juan IV el Ayunador y Pablo el Joven, Patriarcas de Constantinopla, vivieron en diferentes épocas, pero cada uno de ellos se enfrentó con las actividades de los herejes que intentaban distorsionar la Enseñanza de la Iglesia. San Alejandro (325-340) fue obispo vicario durante el tiempo de san Metrófanes (4 de junio), primer Patriarca de Constantinopla.

Por razón de la avanzada edad del Patriarca, Alejandro lo sustituyó en el Primer Sínodo Ecuménico en Nicea (325). Antes de dormir en el Señor, san Metrófanes dejó instrucciones en su testamento para que su vicario tomara su sitio en el trono de Constantinopla. En aquel tiempo, Su Santidad el Patriarca Alejandro tuvo que enfrentarse a los arrianos y a los paganos. Una vez, en una disputa con un filósofo pagano, el Santo le dijo: “¡En el nombre de nuestro Señor Jesucristo te ordeno que calles!” y el pagano de pronto quedó mudo. Con gestos reconoció sus errores y afirmó la corrección de la enseñanza cristiana, entonces recuperó el habla y creyó en Cristo junto con muchos otros filósofos paganos. Los fieles se regocijaron por ésto, glorificando a Dios que había dado tal don a su Santo.

El hereje Arrio fue castigado mediante la oración de san Alejandro. Aparentemente, Arrio había aceptado entrar en comunión con los ortodoxos. Cuando el emperador le preguntó si creía en la enseñanza según los Padres de Nicea, puso su mano sobre su pecho (donde astutamente había escondido debajo de sus ropas un documento con su propio credo falso escrito en él) y dijo: “Ésto es lo que creo”. San Constantino (21 de mayo), ignorante de la engañosa impiedad de Arrio, fijó un día para recibirlo en la Iglesia. San Alejandro oró la noche entera, implorando al Señor que no permitiera que semejante hereje fuera recibido en comunión con la Iglesia.

Por la mañana, Arrio partió triunfalmente hacia la iglesia, rodeado de consejeros y soldados imperiales, pero el juicio divino lo alcanzó. Al detenerse a atender una necesidad física, sus entrañas se derramaron y pereció en su propia sangre e inmundicia, al igual que Judas (Hch 1:18).

Su Santidad el Patriarca Alejandro, tras haber laborado mucho, descansó en el año 340 a la edad de 98 años. San Gregorio el Teólogo (25 de enero) lo mencionó posteriormente en un elogio al pueblo de Constantinopla.

El Servicio a san Alejandro se imprimió en Venecia en 1771. Según algunos manuscritos antiguos, san Alejandro debería ser conmemorado el 2 de junio. Hoy en día se lo recuerda junto con los Santos Patriarcas Juan IV el Ayunador (2 de septiembre) y Pablo el Joven (del siglo octavo).



REFERENCIAS

Orthodox Church in America. (2023). Saint Alexander, Patriarch of Constantinople. New York, Estados Unidos: OCA.

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