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SAN GENADIO I, PATRIARCA DE CONSTANTINOPLA

conmemorado el 17 de noviembre.



El divino Genadio fue ordenado como presbítero en la Iglesia de Constantinopla, y en el año 458 sucedió a Anatolio como Arzobispo de Constantinopla. Desde el comienzo de su episcopado, Genadio demostró su celo por la fe cristiana y la preservación de la disciplina. Por ejemplo, el Patriarca Genadio no ordenaría a nadie a menos que conocieran el Salterio de memoria. En el primer año de su episcopado, el día 2 del mes de junio del año 458, san Genadio recibió en Constantinopla, y transfirió el Santo Velo de nuestra Gloriosa Señora la Santísima Madre de Dios a la recién construida Iglesia de Blaquerna con la debida solemnidad, la cual fue colocada dentro de un nuevo relicario. Más tarde, en el año 463, ayudó a establecer el Monasterio de Stoudios, trayendo alrededor de mil monjes del Monasterio de Akoimoitos.

La liberalidad y el deseo de orden de Genadio se observaron en su nombramiento de Marciano, un novaciano que había venido a la Iglesia Ortodoxa, como administrador de los bienes de la Iglesia de Constantinopla. Bajo Marciano, se ordenó que cada clérigo pudiera recibir las ofrendas de su iglesia para distribuir a través de él, mientras que anteriormente las ofrendas se daban a la Iglesia de Constantinopla para su distribución.

En el año 459, Genadio convocó un sínodo en Constantinopla de 82 obispos, en el que se condenó la simonía. La encíclica que escribió sobre éste asunto, que se conserva hasta el día de hoy, recibió oficialmente autoridad ecuménica por los Sínodos Ecuménicos Sexto y Séptimo.

Timoteo Aelurus, el monofisita que se convirtió en Patriarca de Alejandría y luego fuera expulsado del Patriarcado por orden del emperador romano, había obtenido permiso para ir a Constantinopla, con la intención de restablecerse en su trono.

El 17 de junio del año 460, el Papa León I advirtió a Genadio contra Timoteo Aelurus, y lo instó a evitar el viaje de Timoteo y asegurar la consagración inmediata de un Patriarca Ortodoxo para Alejandría. Timoteo Aelurus fue desterrado a Quersoneso, y Timoteo Solofaciolus fue elegido Arzobispo de Alejandría en su lugar.

A san Genadio también se lo concedió la gracia de obrar milagros. Porque con su oración sanó la mano marchita de aquel artista que pintó la imagen de nuestro Señor Jesucristo a imagen de Zeus (es decir, con abundante cabello largo y bigote y barba). Teodoro el Lector escribe sobre esto, diciendo: “Expondré otras cosas sobre [Genadio] llenas de asombro. Cierto pintor, mientras pintaba un icono de Cristo nuestro Maestro, descubrió que su mano se inutilizó. Y se dijo que, como la obra del icono había sido ordenada por cierto pagano, en el adorno del nombre del Salvador, él había representado su cabello dividido en su frente, para que sus ojos no estuvieran cubiertos, porque de tal manera los hijos de los paganos representan a Zeus, para que aquellos que lo viesen pensaran que estaban asignando veneración al Salvador”.

Juan Mosco, monje y escritor Bizantino, relata otra historia milagrosa de san Genadio: “Fuimos al cenobio llamado Salama, a nueve millas de distancia de Alejandría, y nos encontramos con dos viejos presbíteros que nos dijeron que eran presbíteros de la Iglesia de Constantinopla. Nos contaron acerca del bendito Genadio, Patriarca de Constantinopla que era de naturaleza muy agradable, puro de cuerpo, muy templada. Nos contaron que un clérigo escandaloso llamado Charisius lo había molestado enormemente y lo convocó para una entrevista en un intento para que enmendara sus costumbres. Pero el hombre no dio señales de ninguna mejora, por lo que ordenó que lo azotaran, como requería el cuidado paternal de la Iglesia. Sin embargo, ni las advertencias ni los azotes produjeron ningún cambio para mejor. (Se entregó a prácticas mágicas e incluso a asesinatos). En aquel tiempo, Charisius era un lector en la Iglesia del Santo Mártir Eleuterio, por lo que el Patriarca llamó a un apocrisario (uno que tiene el poder de discernimiento de espíritus) para rezarle al bendito Mártir, diciendo: “Santo de Dios Eleuterio, tu sirviente Charisius es un gran pecador. O reformarlo o matarlo”. El apocrisario fue al oratorio, se paró frente al altar y extendió las manos hacia la tumba del Mártir. “El patriarca Genadio te trae un mensaje, Eleuterio, oh Santo Mártir de Cristo, a través de mí pecador, que tu siervo ha cometido muchos pecados. O reformarlo o matarlo. Al día siguiente, Charisius, ese obrero de la maldad, fue hallado muerto y todos quedaron asombrados y glorificaron a Dios”.

Casi al mismo tiempo, san Daniel el Estilita comenzó a vivir en un pilar cerca de Constantinopla, aparentemente sin el permiso del Patriarca o el propietario de la propiedad donde se encontraba el pilar, el cual se opuso firmemente a ésta extraña invasión de su tierra. El emperador Leo protegió al asceta, y un tiempo después envió a Genadio a ordenarlo sacerdote, lo cual, según se dice, hizo al pie de la columna, porque san Daniel se opuso a ser ordenado y se negó a dejar que el obispo subiera a la escalera. Al final del rito, sin embargo, el patriarca ascendió para dar la Sagrada Comunión al estilita y recibir la ordenación de él. No se dice si impuso sus manos sobre él. Posiblemente consideró suficiente extenderlas desde abajo hacia Daniel.

Una noche, san Genadio ingresó al Sagrado Altar para orar, y de repente vio un fantasma demoníaco que, debido a que lo reprendió, gritó que mientras Genadio permaneciera vivo permanecería en silencio, pero que después de morir perturbaría a la Iglesia. Atemorizado por éste motivo, el Santo rogó a Dios por consuelo y para preservar a la Iglesia del daño, y dejó su sede debido a razones de salud en el año 471.

Según Neófitos el Recluso (1134-1214), quien escribió un encomio al Santo, poco antes de su reposo fue a Tierra Santa y luego a Chipre como un simple monje, y cuando estuvo en Páfos fue a vivir a la ermita de San Hilarión, pero se mudó a la aldea de Moro Nero debido al clima frío. Más tarde se construyó una iglesia sobre su tumba, cuyas ruinas se pueden ver hoy.

San Genadio fue autor de numerosas obras, aunque muy pocos de sus escritos sobreviven. Escribió muchos comentarios sobre la Sagrada Escritura, especialmente las Epístolas de San Pablo, pero solo tenemos extractos de lo que escribió sobre Génesis, Éxodo y la Epístola a los Romanos. Antes de convertirse en Patriarca, en 431 o 432, había escrito una obra contra los Doce Anatemas de Cirilo de Alejandría, que inicialmente trajo enemistad entre ellos, pero luego parecieron haberse reconciliado. Muchas homilías y otras obras doctrinales también fueron atribuidas a san Genadio.



REFERENCIAS

La Ortodoxia es la Verdad. (2023). San Genadio I, Patriarca de Constantinopla.  Atenas, Grecia: https://laortodoxiaeslaverdad.blogspot.com

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