conmemorados el 20 de marzo.
Los Venerables Padres Juan, Sergio, Patricio y otros fueron asesinados en el Monasterio de San Sabas. Durante el siglo VIII, los alrededores de Jerusalén fueron objeto de frecuentes incursiones de parte de los sarracenos. El monasterio de San Xaritón fue devastado y cayó en ruinas. Dos veces los intentaron saquear la Lavra (Monasterio) de San Sabas el Santificado, pero la Providencia de Dios la protegió. Los monjes habrían podido escapar de los invasores marchando hacia Jerusalén, pero decidieron no abandonar el lugar donde habían buscado la salvación durante tantos años.
El 13 de marzo, los sarracenos irrumpieron en el monasterio y exigieron todos los objetos de valor. Los monjes les dijeron que en el monasterio no había nada más que una escasa provisión de alimentos y ropa ajada, entonces los sarracenos comenzaron a disparar flechas a los monjes.
Trece hombres perdieron la vida y muchos resultaron heridos, encima, las celdas del monasterio fueron prendidas fuego. Los sarracenos tenían la intención de incendiar la iglesia del monasterio, mas al otear una multitud de personas en la distancia, la confundieron con un ejército enviado desde Jerusalén. Los sarracenos consiguieron escapar, llevándose lo poco que pudieron saquear. Después de que el enemigo huyó, el padre Tomás, un experimentado médico, comenzó a ayudar a los que quedaban con vida.
El Gran Jueves, 20 de marzo, los sarracenos descendieron una vez más sobre la Lavra con una mayor fuerza y comenzaron a azotar a los monjes. Los sobrevivientes fueron conducidos a la iglesia, donde fueron torturados para obligarlos a revelar dónde podría estar escondido cualquier tesoro. El monasterio estaba rodeado, por lo que nadie podía salvarse huyendo. Los invasores se apoderaron de san Juan, un joven monje que servía a los errantes. Lo azotaron salvajemente, luego cortaron los tendones de sus manos y pies y lo arrastraron sobre piedras por los pies, lo que desgarró la piel de la espalda del mártir.
El guarda de los vasos sagrados de la Iglesia, san Sergio, los ocultó e intentó huir, pero fue capturado y decapitado. Sin embargo, varios de los monjes lograron esconderse fuera del monasterio en una cueva, pero un centinela los vio en una colina y ordenó a todos que salieran. Dentro de la cueva, san Patricio susurró a los hermanos que lo acompañaban: “No teman, iré solo y me encontraré con la muerte. Mientras tanto, tomen asiento y oren”.
Los sarracenos preguntaron si había alguien más en la cueva y Patricio respondió que estaba solo. Lo llevaron a la Lavra, donde los cautivos aguardaban su destino. Los sarracenos les exigieron un rescate de 4, 000 piezas de oro, así como los vasos sagrados. Los monjes no pudieron dar tal rescate. Luego los condujeron a la cueva de San Sabas dentro de los muros del monasterio. Encendieron un fuego sobre el cual apilaron estiércol frente a la entrada de la cueva, con la esperanza de sofocar a los monjes con los venenosos vapores. Dieciocho hombres perecieron en la cueva, entre los que se contaban los santos Juan y Patricio. Los sarracenos continuaron torturando a los que aún quedaban con vida, pero no sacaron nada de ellos. Finalmente, abandonaron el monasterio.
Más tarde, en la noche del Gran Viernes, los monjes escondidos en las colinas regresaron a la Lavra, llevaron los cuerpos de los padres asesinados a la iglesia y los enterraron allí.
Los invasores que saquearon el monasterio fueron castigados por Dios. Fueron afligidos por un repentino mal y todos perecieron. Sus cuerpos fueron devorados por bestias salvajes.
Los venerables padres conmemorados el 19 de marzo no deben confundirse con otros mártires de la Lavra de San Sabas que padecieran en el año 610 y son conmemorados el 16 de mayo. Las dos fechas reflejan ataques independientes al monasterio en épocas distintas. La historia cuenta que los bárbaros asaltaron el Monasterio de San Sabas en variadas ocasiones.
REFERENCIAS
Orthodox Church in America. (2023). Martyred Holy Fathers who were slain at the Monastery of Saint Savva. New York, Estados Unidos: OCA.
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