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SINAXIS DE TODOS LOS SANTOS

conmemorada el 30 de junio de 2024.


El domingo que subsigue al Santo Pentecostés se dedica a la Sinaxis de Todos los Santos, tanto a los que conocemos como a los que sólo Dios conoce.

Han existido Santos en todos los tiempos, y han venido de todos los rincones de la tierra. Fueron Apóstoles, Mártires, Profetas, Jerarcas, Monjes y Justos, y todos fueron perfeccionados por el mismo Espíritu Santo.

El advenimiento del Espíritu Santo hace posible que nos elevemos por encima de nuestro estado caído y alcancemos la santidad, cumpliendo así la directiva de Dios de “y seréis santos, porque Yo soy santo” (Lv 11:44, 1 P 1:16, etc.). Por tanto, conviene conmemorar Todos los Santos el primer domingo pasado Pentecostés.

Ésta Fiesta puede haberse originado en una fecha temprana, quizás como una celebración de todos los mártires que luego se extendió para incluir a todos los hombres y mujeres que habían dado testimonio de Cristo con sus vidas de virtud, incluso si no derramaron su sangre por Él.

San Pedro de Damasco, en su “Cuarta Etapa de Contemplación”, enuncia cinco categorías de Santos: Apóstoles, Mártires, Profetas, Jerarcas y Santos Monjes (Philokalia, vol. 3, p. 131).

San Νikόdēmos el Hagiorita (14 de julio) añade a los Justos a las cinco categorías de san Pedro. La lista de san Νikόdēmos se encuentra en su libro Las Catorce Epístolas de San Pablo (Venecia, 1819, p. 384) en su discusión de 1 Corintios 12:28.

La himnología para la Fiesta de Todos los Santos también enumera seis categorías: “Alégrate, asamblea de los Apóstoles, Profetas del Señor, fieles coros de los Mártires, Jerarcas divinos, Padres Monásticos y Justos…”.

Algunos de los Santos se describen como Confesores, una categoría que no aparece en las listas anteriores. Dado que son similares en espíritu a los mártires, se los considera pertenecientes a la categoría de mártires. No fueron condenados a muerte como lo fueron los mártires, pero confesaron audazmente a Cristo y estuvieron a punto de ser ejecutados por su fe. San Máximo el Confesor (21 de enero) es uno entre tales Santos.

El orden de éstos seis tipos de Santos parece estar basado en su importancia para la Iglesia. Los Apóstoles se enumeran primero, porque fueron los primeros en difundir el Evangelio en todo el mundo.

Los Mártires vienen a continuación por su ejemplo de valentía en la profesión de su fe ante los enemigos y perseguidores de la Iglesia, que animó a otros cristianos a permanecer fieles a Cristo hasta la muerte.

Aunque aparecen primero cronológicamente, los Profetas se enumeran después de los Apóstoles y los Mártires. Ésto se debe a que los profetas del Antiguo Testamento solo vieron las sombras de las cosas por venir, mientras que los Apóstoles y los Mártires las experimentaron de primera mano. El Nuevo Testamento también tiene precedencia sobre el Antiguo Testamento.

Los Santos Jerarcas comprenden la cuarta categoría. Son los guías de sus rebaños, enseñándolos con sus obras, palabras y ejemplo.

Los Santos Monásticos son aquellos que se retiraron del mundo para vivir en monasterios, o en reclusión. No lo hicieron por odio al mundo, sino para dedicarse a la oración incesante y luchar contra el poder de los demonios. Aunque algunas personas creen erróneamente que los monjes y las monjas son inútiles e improductivos, San Juan Clímaco los tenía en alta estima: “Los ángeles son luz para los monjes, y la vida monástica es luz para todos los hombres” (La Santa Escala, Escalón 26:31).

La última categoría, los Justos, abarca aquellos que alcanzaron santidad de vida mientras vivían “en el mundo”. Los ejemplos incluyen a Abraham y su esposa Sara, Job, los santos Joaquín y Ana, san José el desposado, santa Juliana de Lazarevo, entre otros.

La Sinaxis de Todos los Santos alcanzó gran protagonismo en el siglo IX, en el reinado del emperador bizantino León VI el Sabio (886-911). Su esposa, la Santa Emperatriz Teofanía (16 de diciembre) vivía en el mundo, mas no estaba apegada a las cosas mundanas. Fue gran benefactora de los pobres y generosa con los monasterios. Era una verdadera madre para sus súbditos, cuidaba de las viudas y los huérfanos y consolaba a los afligidos.

Incluso antes de la muerte de santa Teofanía en 893 u 894, su esposo comenzó a construir una iglesia con la intención de dedicarla a Teofanía, pero ella se lo prohibió. Fue éste emperador quien decretó que el domingo siguiente a Pentecostés fuera dedicado a la memoria de Todos los Santos. Creyendo que su esposa se contaba entre las justas, sabía que ella también sería honrada cada vez que se celebrara la Sinaxis de Todos los Santos.



REFERENCIAS

Orthodox Church in America. (2023). Synaxis of All Saints. New York, Estados Unidos: OCA.

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